viernes, 8 de junio de 2012

5.La gestión de los residuos.

5. La gestión de los residuos.

La generación de residuos forma parte de la vida. Los animales desechan los alimentos una vez que han comido y están satisfechos. Todo lo que consumen es sometido a un proceso de digestión y metabolización cuyo resultado es la producción de residuos.
El problema con el que nos encontramos hoy en día es el enorme volumen de residuos sólidos urbanos (RSU) que generamos.
Solo una pequeña parte del incremento de residuos generados por nosotros se explica por factores demográficos; el resto se debe a tres causas:
- Los nuevos materiales.
- El exceso de embalaje.
- El aumento del consumo, que es la causa más importante.
El sistema tradicional de tratamiento de RSU se basa en la recogida de la basura y su traslado a un vertedero o su incineración; los problemas asociados a este tipo de vertederos son graves: como consecuencia de la acción de las bacterias y de las altas temperaturas, la basura se descompone, producciendo lixiviados y gases como metano y dióxido de carbono.
Estos vertederos siguen siendo abundante en España por lo que los gobiernos municipales han incluido entre sus prioridades su sustitución por vertederos controlados. En estos nuevos vertederos la basura se va depositando en capas y se cubre con un manto de tierra para evitar la acción de las ratas y la proliferación de malos olores.
Por otra parte, la incineración puede ser una opción aceptable siempre y cuando las plantas incineradoras extremen las precauciones para evitar la difusión de los productos tóxicos resultantes de la combustión. Las modernas incineradoras permiten aprovechar la energía generada y cuentan con sofisticados sistemas de filtrado.
El futuro de nuestro planeta depende principalmente de nuestra capacidad para reciclar la totalidad de los RSU. El primer paso lo han dado los ayuntamientos de nuestras ciudades, que han puesto a nuestra disposición puntos limpios y servicios de recogida a domicilio para los residuos tecnológicos, además de un número creciente de contenedores selectivos.
También, cada vez son más los ayuntamientos que han puesto contenedores para pilas descargadas y para aceite de freír usado, que puede emplearse para la elaboración de jabones y para la fabricación de biocombustible.
 
5.1. El compostaje de los residuos orgánicos.

El compostaje era una práctica muy común en el mundo rural antes de que llegaran los modernos fertilizantes. Consiste en la descomposición de la materia orgánica en presencia de oxígeno y en condiciones de humedad y temperatura controladas. El compost es un excelente abono natural muy apreciado por los agricultores, que vuelve a ser demandado hoy día para potenciar la agricultura ecológica.
El problema del compostaje es que es muy difícil el poder garantizar que los residuos orgánicos estén totalmente libres de metales pesados y otras sustancias tóxicas, debido al esfuerzo que se realiza en las plantas de compostaje para eliminar estas sustancias. Por ello, es fundamental no arrojar ningun tipo de pila o bateria descargada a la basura. 

Esta imagen que vemos aquí debajo nos muestra la mejor manera para reciclar adecuadamente; a continuación voy a explicar cada tipo de reciclaje:
 
 5.2 El reciclaje del vidrio.
Las materias primas con las que se fabrica el vidrio son muy abundantes, por lo que no existe riesgo de que se agoten. Pero es muy importante reciclarlo por dos motivos fundamentales:
- El vidrio es un material muy estable que tarda miles de años en descomponerse.
- La fabricación de vidrio a partir de materiales reciclados requiere un consumo energético menor, con el consiguiente ahorro en combustibles fósiles y la reducción de emisiones de CO2.
El vidrio es reciclable al 100%. El proceso se inicia con la recogida selectiva y el traslado a la planta de reciclaje. Allí se lavan los envases y se desechan etiquetas, tapones y todo cuanto esté mezclado con el vidrio, y se procede a una separación en función del color.
Una vez realizado el proceso de separación, el vidrio es triturado hasta convertirse en un polvo fino denominado calcín.
5.3 El reciclaje de papel y cartón.
El proceso de reciclaje de papel y cartón es tan sencillo como el del vidrio. Al igual que el anterior requiere de una recogida selectiva, lavado, eliminación de impurezas y separación; tras esta fase se muele el papel y se mezcla con agua para producir una pulpa que tras su prensado y secado se convierte en el papel reciclado. 
Aunque digamos que el reciclaje del papel es parecido al anterior, es más problemático qu el del vidrio. Hasta ahora ha sido imposible dar con un proceso de reciclado que produzca un papel de igual o parecida calidad a la del papel fabricado con materias primas orgánicas.
Las ventajas superan en gran nivel a los inconvenientes: el reciclado de papel contamina menos, consume menos energía, requiere una cantidad diez veces menor de agua, y lo más importante de todo previene la deforestación.
5.4 El reciclaje de plásticos.
El término plástico hace referencia a toda una gama de polímeros. La dificultad del reciclaje de los plásticos, por tanto, reside en su separación.
Los polímeros termoplásticos son teóricamente fáciles de reciclar. Buena parte de los plásticos que actualmente utilizamos son de este tipo. Los principales son el HDPE o PEAD, el LDPE o PEBD, el PET y el PVC. Los polímeros termoestables son más problemáticos, ya que requieren un reciclaje a base de disolventes y otros agentes químicos.
Una solución que poco a poco se está abriendo paso en el mercado de productos reciclados es la madera plástica, un material cuyo principal componente es una mezcla de termoplásticos de cualquier tipo a la que se añaden pequeñas cantidades de madera y a veces algo de metal. 
5.5 El reciclaje de metales.
La minería es una actividad que requiere una elevada inversión en materiales y mano de obra. Por otro lado, los yacimientos de mineral no suelen ser demasiado grandes, por lo que las minas tienen fecha de caducidad y continuamente hay que buscar nuevos yacimientos y abrir nuevas galerías. Otro inconveniente de los metales son los riesgos laborales que conlleva su extracción, por lo que comprar medidas de seguridad contribuye a un aumento en el coste de la actividad minera.
Por todos esos motivos, el reciclaje de metales ha interesado siempre. La facilidad con la que se recuperan los metales ha hecho que el negocio de la chatarra genere grandes beneficios.
Las aleaciones ferrosas son las más fáciles de reciclar; los resultados saltan a la vista: más de la mitad del acero que nos rodea es reciclado.
Uno de los metales más atractivos para los chatarreros es el cobre, presente en la mayoría de conductores eléctricos. El cobre es de fácil recuperación. 
El plomo y el estaño son también metales muy fáciles de reciclar gracias a su bajo punto de fusión. Una vez derretidos se separan con facilidad del resto de impurezas. Por lo contrario, el reciclado del aluminio es más dificultoso y la calidad de éste depende de su procedencia; a pesar de todo las ventajas son evidentes. El aluminio reciclado permite un ahorro del 95% de energía.
El mercurio es un material muy contaminante. 
   
  

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